Esta piedra es el símbolo oficial del estado estadounidense de Colorado. Es cierto que en apariencia se parece más a una flor que a un mineral, esta es la Rodocrosita.
Su nombre del griego se traduce como “piedra con el color de la rosa”. En este caso, la rodocrosita es similar a una planta delicada no solo en color, sino también en un patrón natural.
Los antiguos incas consideraban que la piedra era la sangre endurecida de sus antepasados, por lo que la trataban con especial respeto. A menudo, este mineral adornaba el cuello del líder y su esposa. Por eso se le asignó el nombre de “la rosa de los incas” a la rodocrosita.
No es de extrañar que uno de los depósitos de rodocrosita más famosos y únicos se encuentre en un área que alguna vez estuvo bajo la influencia del Imperio Inca, pero que hoy pertenece a la provincia argentina de Catamarca. Hay cuevas llenas de estalactitas de color marrón parduzco, completamente poco atractivas a primera vista. Sin embargo, esta es solo la corteza dentro de la cual se esconde la rodocrosita. Como resultó más tarde, el agua subterránea de esos lugares está saturada de manganeso y es por esta razón que los crecimientos no se formaron a partir de la calcita habitual, sino a partir de la rodocrosita. Algunos de ellos alcanzan más de medio metro de diámetro y tres metros de longitud.
En Mongolia, a la rodocrosita se le llama la piedra del amor. En la capital del estado, Ulan Bator, incluso el interior de uno de los palacios nupciales está decorado con esta piedra en particular.
Desde la antigüedad, la gente ha utilizado la rodocrosita como material ornamental. A partir de ella se elaboraron todo tipo de elementos decorativos, como jarrones, cajas y figurillas. Sin embargo, se hizo popular hace relativamente poco tiempo, cuando, a mediados del siglo XX, los artesanos aprendieron a seleccionar un corte para un mineral frágil. Después de eso, se convirtió en una joya muy buscada en el mundo de la joyería.
En el este, las bolas de rodocrosita se usaban para masajes faciales. Por lo tanto, se suponía que debía eliminar las arrugas y aumentar la elasticidad de la piel.
La rodocrosita no pertenece al grupo de minerales raros, aunque no hay tantos depósitos donde se puedan encontrar muestras de colección. El valor de mercado del mineral puede variar desde unos pocos dólares estadounidenses hasta decenas de miles por quilate. Todo depende de la apariencia. Algunos ejemplares son más valiosos que el oro.
Se considera que los minerales más pintorescos provienen de Argentina y Estados Unidos. En el estado de Colorado, a fines del siglo XVIII, se llevó a cabo una extracción de plata a gran escala, y la rodocrosita era un subproducto mineral, al que no se le prestó especial atención. Con el tiempo, el metal precioso de la mina se agotó y estuvo abandonado durante casi cincuenta años. Un coleccionista estadounidense recordó el depósito y decidió restaurar la floreciente producción. La prospección de muestras de rodocrosita continuó durante todo el año. Pronto, la suerte sonrió a los investigadores y descubrieron más de doscientas muestras coleccionables del mineral. Los hallazgos posteriores solo continuaron asombrando, por ejemplo, los cristales individuales de rodocrosita alcanzaron una longitud de casi ocho centímetros. En una exposición en Denver, donde el hombre presentó sus hallazgos, las muestras de rodocrosita causaron sensación. Coleccionistas y distribuidores hicieron fila desde mucho antes del inicio oficial de la exposición para comprar un ejemplar único.
En esta mina se encontró una de las piezas de rodocrosita más famosas del mundo, Alma Queen. Está expuesta en el Museo de Historia Natural de Houston. El espécimen de diez centímetros es considerado el más fotogénico y bello del mundo.
La rodocrosita es apreciada por los coleccionistas por sus interesantes formas y formaciones, por ejemplo, diseños de anillos o crecimientos en forma de delicadas rosas. A lo largo de la historia del uso del mineral, ha habido varios intentos de crear una imitación de alta calidad del mineral. Sin embargo, el color artificial fue significativamente inferior al color natural tanto en expresividad como en durabilidad.
