Siendo el principal antiséptico de la antigüedad, esta piedra ayudó a la humanidad a hacer frente a muchas enfermedades y no morir de hambre. Los productos elaborados con este son reconocidos como patrimonio cultural del planeta y son conocidos en todo el mundo.
La caolinita se descubrió por primera vez en la provincia china de Gaolin, cerca de la ciudad de Jingdezhen, varios siglos antes de Cristo. La piedra formaba parte de la arcilla blanca, que recibió el mismo nombre que el caolín. Los artesanos chinos dominaron la técnica de procesamiento de este material y en el siglo II antes de Cristo se creó uno de los principales atractivos del Reino Medio, incluido en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO, el Ejército de Terracota. Se trata de más de ocho mil figuras de cerámica de guerreros, caballos y carros, realizadas a escala real. Fueron enterrados bajo tierra en una tumba junto con el primer emperador de la dinastía Qin, Shi Huang-di, quien unificó China y conectó todos los vínculos de la Gran Muralla. Un año después de ascender al trono, siendo un adolescente de trece años, el emperador inició la construcción de su futura tumba, que duró casi cuarenta años. Según la antigua tradición china, se suponía que el gobernante enterraría con él a 4 000 jóvenes guerreros que lo protegerían en la otra vida. Shi Huang-di entendió que tales ejecuciones masivas causarían disturbios entre sus súbditos y decidió llevarse estatuas de arcilla de soldados con él. Para la confiabilidad de la protección, se decidió duplicar el número del séquito.
Todas las esculturas fueron realizadas con gran precisión. Entre los rostros era imposible encontrar una sola expresión y peinado idénticos, y los detalles de la ropa y las municiones se transmitieron con precisión detallada. Los científicos sugieren que al principio un cuerpo con una parte inferior monolítica-masiva y una parte superior hueca se moldeó con caolín. Luego se coció en un horno durante varios días a una temperatura de unos 800 grados centígrados, después de lo cual se le unieron brazos y piernas, y se aplicó una capa adicional de arcilla en la cara para darle rasgos individuales. Los artistas pintaron las figuras resultantes en colores naturales. Los soldados de arcilla estaban destinados a permanecer en el suelo durante más de 2 000 años desde la muerte de Shi Huang-di, antes de que fueran descubiertos accidentalmente en 1974 por un campesino chino que decidió cavar un pozo en su sitio.
Los artesanos chinos encontraron otra aplicación de la caolinita en la fabricación de porcelana. La experimentación constante con la arcilla y sus técnicas de procesamiento llevó al florecimiento de la industria de la porcelana de China en el siglo X. Había talleres en casi todas las ciudades y Jingdezhen se convirtió en la “capital mundial de la porcelana”. Toda la población aquí trabajaba solo en la producción de cerámica. El acceso a la ciudad solo era posible con contraseña y por la noche sus calles estaban custodiadas por patrullas armadas. Así es como las autoridades chinas se encargaron de mantener en secreto la receta de la porcelana. Durante mucho tiempo, este tipo de cerámica en otros países valió su peso en oro en el sentido literal de la palabra. El precio de una taza era tanto metal precioso como pesado. Incluso los productos rotos se conservaron y se transmitieron por herencia. La tendencia de moda del siglo XVIII fue la joyería hecha de fragmentos de porcelana. La receta de la cerámica siguió siendo un misterio sin resolver para los europeos durante cuatro siglos.
Había muchos matices en la fabricación de la porcelana china clásica. La composición de la masa para modelar incluía arcilla de caolín, extraída solo en varias regiones del país y el polvo mineral más pequeño. Pero para darle plasticidad a esta mezcla, se guardaba antes de su uso al menos 10 años. La temperatura de cocción fue de 1 300 grados Celsius y se mantenía en el horno durante cuatro días.
La caolinita era apreciada no solo como material para crear productos, sino también como antiséptico. Las propiedades beneficiosas de la arcilla blanca fueron descritas por primera vez por Hipócrates. El científico griego antiguo descubrió que el caolín puede detener los procesos inflamatorios en los tejidos y desinfectar heridas. En la vida cotidiana, se usaba para almacenar alimentos. Se colocaron en recipientes de barro, previamente envueltos en un paño empapado en agua fría. Con tal sistema, los suministros de alimentos no se deterioraban por más tiempo y conservaron sus propiedades. Hoy en día, las mascarillas a base de arcilla blanca, que tiene un efecto antimicrobiano, son recomendadas por los cosmetólogos para limpiar la piel de células muertas, blanquear, mejorar la circulación sanguínea, fortalecer los capilares, suavizar las arrugas y combatir el acné.
El principal consumidor de este mineral sigue siendo la industria de la porcelana y la cerámica, al igual que hace dos mil años. En una industria como la minería, la caolinita, como componente de las arcillas de caolín, se utiliza para perforar en condiciones mineras y geológicas difíciles. Los científicos de la Universidad de Minería de San Petersburgo están investigando el uso de arcillas de caolín para fortalecer los pozos a presiones de yacimiento anormalmente bajas.
“En la perforación de petróleo y gas, una de las principales y más difíciles tareas es garantizar un aislamiento interplástico de alta calidad en el espacio de la tubería. La eficiencia de la operación del pozo, la estanqueidad, la vida y el costo de las materias primas extraídas dependen de la calidad de la fijación. Este problema es relevante para la mayoría de los depósitos de Siberia occidental y Orienta, que se caracterizan por rocas congeladas perennes y formaciones de baja presión. Cuando se fija con una solución de taponamiento en tales condiciones, a menudo se absorbe, mientras que la capa se contamina, lo que reduce la capacidad de contener líquidos y pasarlos a través de sí mismo. Los experimentos científicos llevados a cabo por los científicos de la Universidad de Minería demuestran que las arcillas de caolín tienen un gran potencial para su uso como un aditivo de alivio a las soluciones de taponamiento. Este material, que tiene una densidad reducida, permite mejorar la calidad de la cementación de los pozos mediante la creación de una capa fuerte e impermeable y por lo tanto, aumentar la calidad del aislamiento interplástico” explicó Maria Nutskova, Profesora Asociada de Perforación de Pozos de la Universidad de Minería de San Petersburgo.
