Finales del siglo XVIII. En la provincia de Sajonia Freiberg, en una tranquila ciudad del estado alemán en guerra con la Francia revolucionaria, el modesto científico Abraham Werner, examinando muestras de lava petrificada de las laderas del Vesubio, extrajo varios cristales de un mineral desconocido de la masa solidificada. Hoy en día, este mineral verde, que se encuentra al pie del famoso volcán, se encuentra entre las piedras y gemas ornamentales más hermosas.