Esta piedra es reconocida como venenosa y su uso está prohibido en 63 países de todo el mundo. La Organización Mundial de la Salud (OMS) lo ha reconocido oficialmente como carcinógeno. Sin embargo, no solo Rusia, donde las casas y carreteras se construyen audazmente a partir del mineral, lo defiende activamente, sino también el expresidente de Estados Unidos, Donald Trump.