¿Estás seguro de que tus joyas no son radiactivas?

Hasta mediados del siglo XX, la humanidad desconocía la existencia de esta piedra. Durante casi veinte años no pudieron darle un nombre, y los científicos estadounidenses y rusos lucharon por el derecho a ser considerados sus descubridores. Solo hay un depósito de este mineral en la Tierra, y todo coleccionista que se precie sueña con obtener al menos una pequeña muestra de una piedra única en su colección, sin siquiera sospechar lo peligrosa que puede ser para la vida.