
El 6 de junio, en conmemoración del Día de la Lengua Rusa, la Universidad de Minería celebró su primer concurso para aspirantes extranjeros, "Mi país necesita mi profesión", organizado por el Centro de Competencias Lingüísticas. Asistieron 20 graduados del departamento preparatorio de la universidad, quienes habían estudiado ruso durante todo el año académico. Muchos de los jóvenes comenzaron a aprenderlo desde cero. A partir de septiembre, deberán asistir a clases, realizar exámenes y participar en la vida científica y cultural de la universidad, junto con sus compañeros de Rusia.
En el concurso, los futuros estudiantes, originarios de Malí, Tanzania, Sierra Leona, Vietnam, Mongolia, Siria, Costa de Marfil y Benín, pudieron no solo practicar su discurso científico oral, sino también adquirir su primera experiencia hablando ante un público numeroso.
Nuestra tarea fue, en primer lugar, brindar a nuestros estudiantes la oportunidad de practicar su ruso y, en segundo lugar, ver las aplicaciones prácticas de su futura profesión: qué es un ingeniero de minas y dónde puede trabajar. Por ejemplo, es muy importante que los estudiantes africanos participen en el desarrollo de su país; ven claramente los problemas y desean participar en sus soluciones —señaló Vyacheslav Zyrin, director del Centro de Competencias Lingüísticas de la Universidad de Minas.
Los chicos tuvieron que preparar y presentar un proyecto al público, explicando las particularidades del desarrollo industrial en sus países de origen y las oportunidades que la educación rusa les brindará en el futuro.
Ibrahim Djimbiga es originario de Mali y, a partir de septiembre, estudiará en la facultad de construcción. En su presentación "La profesión de ingeniero de minas en Mali", abordó el problema de la escasez de personal altamente cualificado en la industria minera.
El sueño del joven es construir escuelas, universidades, hospitales y otras infraestructuras en su tierra natal. Expresó su esperanza de que, tras graduarse de la Universidad de Minería, encontraría fácilmente un trabajo interesante en su especialidad con un buen salario. Las dificultades de la barrera del idioma no lo amedrentaron; mientras aún vivía en casa, comenzó a estudiar el alfabeto ruso. Tras ingresar al departamento preparatorio, organizado por el Centro de Competencia Lingüística de la Universidad de Minería, se sumergió de lleno en la comprensión de las complejidades de la gramática y la sintaxis.
El ruso es un idioma difícil pero muy interesante. Tiene muchas palabras francesas, lo cual me ayudó mucho. Pero a diferencia del francés, el suyo tiene formas verbales: perfecto e imperfecto. No me había encontrado con esto antes y a menudo me confundo. Pero se me dan bien los casos prácticos. Como futuro constructor, me encantan las ciencias exactas, la física, las matemáticas, y aun así, el ruso es, sin duda, y será, una de mis materias favoritas —admite Ibrahim Djimbiga—.
Todos los africanos dominan el francés; lo estudian en la escuela, lo cual les ayuda a aprender ruso; por ejemplo, se necesitan menos modelos sintácticos. El mismo Alexander Sergeevich Pushkin conocía bien la lengua de Molière y, cuando empezó a escribir en ruso, la basó parcialmente en la sintaxis francesa. También vemos que quienes saben francés escriben bien oraciones y textos en ruso; tienen experiencia trabajando con grandes cantidades de información —añade Alexandra Talanina, asistente del Centro de Competencia Lingüística de la Universidad de Minería.
Para septiembre, todos los estudiantes extranjeros deben tener un nivel B1 de dominio del idioma, es decir, ser capaces de comprender y escribir ruso con fluidez. Este es un requisito para la admisión a las universidades rusas. Sin embargo, la Universidad de Minería está ampliando la exigencia: los estudiantes deben tener un dominio básico del idioma, participar plenamente en el proceso educativo, pero también conocer la terminología y los conceptos científicos.
Otra concursante, Togola Hawa, habló en el concurso sobre la grave escasez de ingenieros en su país. En su país natal, Malí, el área más prometedora es la minería de oro; el país ocupa el tercer lugar a nivel mundial en producción entre los países africanos. La joven espera recibir una excelente educación y conectar su vida con este campo, forjando una carrera y contribuyendo al desarrollo de la economía maliense. Para sus estudios, eligió la especialidad de Minería.
Para aprender ruso, la joven no solo confía en los libros de texto, sino que también intenta leer ficción sobre los "grandes y poderosos", ver películas, escuchar a artistas rusos y simplemente hacer amigos.
La comunicación cotidiana con conocidos y la gente que te rodea ayuda mucho. Empiezas a tener menos miedo, dialogas con más audacia y tu discurso se enriquece. Aún queda mucho trabajo por delante. Pero el ruso es un idioma muy bonito; es un gran honor dominarlo —dice Togola Hava—.
Este año, el concurso se celebró por primera vez, pero se decidió que fuera anual. Además, se creó una sociedad científica estudiantil para estudiantes extranjeros, con el fin de involucrar activamente a los estudiantes extranjeros en el proceso educativo y científico de la universidad.
Los representantes del jurado citaron como ejemplo a la fundadora de la Universidad de Minería, Catalina II. Ella, extranjera que llegó a Rusia a los 15 años, dominaba no solo el ruso moderno, sino también el antiguo eslavo eclesiástico y el ruso antiguo. La princesa alemana abordó el tema de forma polifacética: leyó crónicas, manuscritos antiguos, estudió canciones populares, proverbios y cuentos de hadas. A lo largo de su vida, la emperatriz se dedicó a la autoformación y aplicó con éxito sus conocimientos en beneficio de su patria.
La universidad técnica más antigua presta especial atención al papel del idioma ruso en la educación internacional. Por ello, se está implementando un programa especializado de formación en ruso para estudiantes del departamento preparatorio, organizado por el Centro de Competencias Lingüísticas de la Universidad de Minería. El programa de idiomas del Centro se adapta a las necesidades modernas y futuras de la formación en ingeniería, que sienta las bases del desarrollo tecnológico y socioeconómico tanto de Rusia como de los países de África y Asia.
En total, 90 jóvenes de ambos sexos procedentes de países africanos (Malí, Sierra Leona, Togo, Camerún, Benín, República Centroafricana, Tanzania), China, Siria y Mongolia han estudiado en el departamento preparatorio de la Universidad de Minería este año.