
Uno de los eventos más importantes del Foro Económico Internacional de San Petersburgo de este año fue el diálogo empresarial Rusia-África. Su leitmotiv podría definirse como la cuestión de la obtención de la soberanía económica de los países del continente.
En términos políticos, el hito más importante fue la "Declaración sobre la Concesión de la Independencia a los Países y Pueblos Coloniales", adoptada por la Asamblea General de la ONU en 1960 por iniciativa de la URSS. Hoy, nuestro país vuelve a ayudar activamente a África, esta vez para superar la dependencia económica poscolonial de Occidente.
Representantes de organizaciones públicas intergubernamentales del continente participaron en el diálogo, en particular, el presidente de la Cámara Africana de Energía, NJ Ayuk; el ministro de Transporte de Sudán del Sur, Lam Akol Adjarin; el ministro de Planificación y Desarrollo de Mozambique, Salim Ijmael Wala; y el jefe del Ministerio de Cooperación Internacional y Promoción de Asociaciones Público-Privadas del Congo, Denis Christel Sassou Nguesso.
La parte rusa estuvo representada por los altos directivos de las empresas JSC URALCHEM, PJSC PhosAgro, Innopraktika, Nordgold Management LLC y GC Polyplast, así como por el vicepresidente sénior del Centro de Exportación Ruso, JSC Nikita Gusakov; la directora del Departamento de Asociación con África del Ministerio de Asuntos Exteriores de la Federación de Rusia, Tatyana Dovgalenko; y el rector de la Universidad de Minería de San Petersburgo de la Emperatriz Catalina II, Vladimir Litvinenko. La moderadora fue la directora del Instituto de África de la Academia de Ciencias de Rusia, Irina Abramova.
Los ponentes describieron los principales problemas del continente. Entre ellos se incluyen la falta de acceso a la electricidad para aproximadamente la mitad de sus habitantes, la insuficiente seguridad presupuestaria, la infraestructura de transporte subdesarrollada, las dificultades para las transacciones financieras, el aumento del número de personas que padecen hambre en los últimos años y la delincuencia.
Al mismo tiempo, el gran potencial de África es evidente. Enormes recursos humanos: para 2100, sus habitantes representarán el 40% de la población mundial. Recursos naturales: la superficie del continente es menos de una quinta parte de la superficie terrestre, mientras que sus profundidades contienen un tercio de los minerales del mundo.
Es evidente que la riqueza del continente debe pasar de ser un lastre a un activo. Vladimir Litvinenko describió el vector del proceso de transformación del capital natural y humano de África en verdadero bienestar público:
Si juzgamos por los recursos naturales per cápita, los africanos deberían ser entre 22 y 25 veces más ricos que los europeos, pero hasta ahora la situación es la contraria. Al mismo tiempo, es evidente que el motor del desarrollo en el siglo XXI será la extracción y el procesamiento de materias primas con tecnología de punta. Los africanos lo entienden bien: desde un punto de vista económico, extraer 100 gramos de oro es más eficiente que cultivar 100 toneladas de plátanos. No es casualidad que la agricultura haya sido tradicionalmente un sector subvencionado de la economía mundial.
África necesita industrializarse. Si hablamos de oro, recordemos que el 62 % de sus reservas se concentran aquí. ¿Qué impide que se utilicen para mejorar el nivel de vida? Una grave escasez de profesionales, principalmente ingenieros. Los recursos naturales deben ser la base del desarrollo, y la soberanía en el uso del subsuelo solo puede garantizarse con personal local bien capacitado.
La segunda pregunta: ¿por qué la presencia de empresas rusas en África sigue siendo insuficiente? De nuevo, hay muchas razones, pero la principal es la falta de una política coherente de regulación estatal. África tiene una economía en transición. Como bien sabemos, esto se acompaña de la falta de reglas de juego claras para los negocios, la arbitrariedad del aparato administrativo y una crisis en las esferas social y espiritual. Necesitamos cambiar el estilo de vida, mejorar el clima empresarial. Y aquí volvemos de nuevo a la educación.
La necesidad de materias primas de la economía mundial no hará más que aumentar. Y el sistema poscolonial aún mantiene a los países del continente bajo su órbita. En primer lugar, a través de la dependencia del crédito. Las empresas están estructuradas de tal manera que siempre se esforzarán por minimizar su contribución al desarrollo del Estado y la sociedad. Esto solo puede contrarrestarse mediante una regulación estatal competente y mecanismos eficaces para el desarrollo de los recursos humanos de África. Entonces, sus países podrán tomar el control de los flujos de inversión y desarrollar tecnologías con éxito.
Desde hace varios años, la Universidad de Minería de San Petersburgo ha estado impulsando e implementando proyectos a gran escala de integración educativa con países africanos. En cumplimiento de los acuerdos de la II Cumbre Rusia-África de diciembre de 2023, se estableció en la universidad la comunidad de universidades técnicas del continente "El Subsuelo de África".
Al adoptar el modelo de formación en ingeniería que la universidad técnica más antigua de Rusia viene implementando por tercer año consecutivo como parte del proyecto piloto presidencial, los participantes del consorcio podrán adaptar sus programas educativos a un nivel internacional avanzado.
Además de capacitar a estudiantes africanos, la Universidad de Minería presta asistencia para la capacitación del personal directivo de los países del continente en el sector de los recursos minerales. Ya se ha iniciado el proceso de selección de estudiantes para el programa de posgrado de un año de duración, a tiempo completo, "Gestión de Instalaciones de Uso del Subsuelo".
En vísperas del diálogo empresarial Rusia-África, la Universidad de Minería acogió, también en el marco de SPIEF-2025, una conferencia internacional sobre "Responsabilidad de los líderes mundiales en las reservas y producción de minerales para el desarrollo sostenible de la economía global". En ella, se presentó en detalle el nuevo modelo ruso de formación en ingeniería a invitados de África.