Alrededor de 4 mil estudiantes de la Universidad de Minería de San Petersburgo participan en varios clubes de interés en su tiempo libre, esto es, casi la mitad de los estudiantes. Unas 3 700 personas más asisten a clubes deportivos. Entre los deportes más populares se encuentran el fútbol, voleibol, baloncesto, todo tipo de artes marciales. Sin embargo, muchos jóvenes prefieren pasar las tardes y los fines de semana de una forma mucho más original. Forpost decidió averiguar qué motiva a los estudiantes a elegir pasatiempos no estándar como, por ejemplo: la escalada en roca, las porristas o las carreras de autos de invierno.
Angelina Koroleva es una estudiante de segundo año. Dice que desde pequeña se dedicaba a la gimnasia, la natación y el atletismo. La escalada en roca no era anteriormente su área de interés, pero cuando llegó a la feria de clubes deportivos y creativos (este evento se realiza en la universidad todos los años para que todos puedan encontrar un pasatiempo a su gusto), inmediatamente se dio cuenta de que esto es lo que ella necesita.
“La escalada y el alpinismo te permiten estar en excelente forma física. Reúnen a personas activas que están listas para avanzar, cargan con optimismo, te permiten tomar el impulso, que es suficiente para el entrenamiento en sí, para estudiar y para el tiempo libre de ellos”, dice Angelina.
Además de las clases casi diarias en el rocódromo de la Universidad de Minería, ella, junto con otros muchachos, al menos dos veces al año, en mayo y noviembre, va a la naturaleza, exactamente a Carelia, donde fortalece sus habilidades en condiciones naturales. Por cierto, no son pocos los aficionados a la escalada en terrenos verticales naturales o artificiales en la universidad de San Petersburgo: unas 40 personas, 15 de las cuales se convirtieron en miembros del club este año académico.
Pero muchos menos estudiantes van a la carretera, lo cual no es de extrañar. Después de todo, para esto no solo necesita tener su propio automóvil, sino también estar listo para pagar su reparación en caso de colisión con otros participantes en la carrera o ventisqueros. No todos pueden permitirse esto, sin embargo, el amor por la velocidad a menudo te hace olvidar las posibles pérdidas materiales.
“Todo comenzó durante la pandemia. Luego dediqué mucho tiempo al estudio teórico de este deporte, y al terminar el confinamiento decidí practicarlo. Comenzó a participar en competencias en su Lada Vesta, pero después de un tiempo consideró necesario comprar otro auto para correr. Entonces apareció el Galosh, el Lada Sputnik de 1999. Entre las ventajas de este modelo están la mecánica original y el bloqueo del diferencial, que permite que las ruedas motrices aprovechen al máximo la fuerza de tracción con la superficie de la carretera”, dice Andrei Kovalenko, profesor titular del Departamento de Educación Física de la Universidad de Minería.
Esta temporada, logró ingresar entre los tres primeros en una de las etapas del campeonato de carreras de invierno Iron Racer, que ahora se ha completado. Pero otro participante, estudiante de la Facultad de Ingeniería Mecánica, Vladislav Yanishevsky, aún no ha logrado subir al pedestal. Pero, como cree el propio joven, esto no es lo más importante. Es mucho más importante descargar el fin de semana, cargarse de emociones indescriptibles y regresar a la escuela el lunes con la cabeza brillante, sin pensamientos innecesarios que distraigan del trabajo.
Por cierto, durante la última carrera de la temporada pasada, Vladislav, a pesar de la dificultad de la pista debido a la abundancia de nieve, mostró su mejor tiempo en la pista.
“Desde niño me encantaban los autos. Mi primer auto fue el Audi de mi papá, pero también conduje un BMW, un Lada y ahora un Civic 2007. De hecho, muchos chicos están interesados en este deporte. Pero cuando descubren que necesitan tener su propio automóvil y asumir todos los gastos económicos para su mantenimiento, entonces la gran mayoría elige algo menos costoso. Pero yo y otros ocho estudiantes de la universidad venimos constantemente a la pista para participar en carreras o animar a los nuestros”, cometa Vladislav.
Anna Pytkina, que es una estudiante de tercer año, participó en el rock and roll acrobático cuando era niña, pero en el octavo grado se interesó en las porristas. Para la mayoría, se asocia con la actuación de los grupos de apoyo durante las pausas en los partidos de baloncesto. Sin embargo, de hecho, este es un deporte independiente, que implica la celebración de competiciones separadas entre equipos de chicas.
Anna, por cierto, siendo una colegiala, representó al equipo ruso en el Campeonato de Europa. El equipo también incluía a estudiantes de la Universidad de Minería de San Petersburgo, por lo que una de las razones de su ingreso a la primera universidad técnica del país fue la presencia de un equipo de porristas.
“Es genial cuando tienes la oportunidad de distraerte y hacer un deporte que te gusta. Esto motiva, entre otras cosas, a estudiar. El deseo de resultados también da un incentivo adicional. Tenemos un gran equipo, entrenamos 3 o 4 veces por semana, ganamos premios en competencias y estamos listos para seguir progresando”, dice Anna.
En total, a los estudiantes de la universidad se les ofrece unas 63 secciones deportivas. Esto incluye remo, gimnasia rítmica, turismo deportivo, snowboard y mucho, mucho más. El objetivo de la gestión universitaria no es solo brindar a los niños los conocimientos y las competencias necesarios para trabajar en el complejo de recursos minerales, sino también introducirlos en un estilo de vida saludable.
No es ningún secreto que hoy en día la extracción de los recursos naturales necesarios para el desarrollo de la economía doméstica a menudo se lleva a cabo en áreas de difícil acceso, en las condiciones extremas del Ártico. Es bastante lógico que los especialistas que van a trabajar allí deben ser personas físicamente fuertes y resistentes. Es por eso que la administración asigna anualmente fondos colosales para el desarrollo de la infraestructura deportiva y el funcionamiento de varias secciones de la universidad.
Así, en vísperas del actual año académico, se inauguró un gimnasio de última generación junto al Centro de Formación No. 3 en la avenida Maliy, donde se realizan tanto clases de educación física programadas como entrenamientos individuales en su tiempo libre. Los estudiantes tienen a su disposición no solo barras, mancuernas y equipos de cardio, sino también cintas de correr inusuales con una forma de superficie cóncava. La velocidad del movimiento allí no está regulada por el motor eléctrico, sino por el propio usuario, con los pies, lo que le permite moverse al ritmo más cómodo para él, en cualquier momento para reducirlo bruscamente o, por el contrario, aumentarlo.
En total, cuatro modernos complejos deportivos están ubicados en varios sitios de la Universidad de Minería. Son un conjunto de salas para la práctica de deportes y artes marciales, así como centros de fitness.
