Una de las tareas más urgentes que enfrentan los científicos e industriales rusos en la actualidad es la creación dentro del país de tantas cadenas de valor completas como sea posible. Es decir, conjuntos de empresas industriales que cooperan entre sí y brindan todo el ciclo productivo, desde la extracción de las materias primas hasta la elaboración de los productos finales. La implementación de tales proyectos a gran escala en el contexto de las sanciones occidentales no solo es deseable, sino una condición necesaria para un mayor desarrollo de la economía nacional.
A escala mundial, Rusia actuó durante muchos años principalmente como el primer y, a veces, el último eslabón de tales cadenas. Es decir, suministramos recursos naturales a los mercados internacionales o participamos en la instalación final de cualquier producto. Numerosas plantas de automóviles alemanas, coreanas y japonesas ubicadas en nuestro país, por ejemplo, trabajaron sobre este principio. Todas las piezas para las máquinas ensambladoras se abastecían allí desde el exterior, donde se realizaba un alto procesamiento de materias primas, generando el principal excedente de capital.
Obviamente, ningún estado en el mundo es capaz de satisfacer sus propias necesidades al 100%. Sin embargo, la proporción de productos que no requieren componentes importados, sin duda, necesitamos aumentar con urgencia. Sobre todo en un área tan importante como la petroquímica.
Hoy esta industria es la piedra angular para la producción de una amplia gama de bienes, y en el futuro su importancia será aún mayor. Los expertos aseguran: ya ahora, ocho de cada diez cosas que nos rodean están hechas total o parcialmente de hidrocarburos. Y estos no son solo botellas de plástico, film transparente o pinturas, sino también tetinas para bebés, pañales, chicles, cosméticos, juguetes, muebles. En una palabra, esos productos que no se puede decir de inmediato que se crean a partir de combustibles fósiles.
Pero, ¿pueden las empresas nacionales producirlos sin utilizar "productos semiacabados" extranjeros? ¿Qué medidas se deben tomar para desarrollar la química de bajo y mediano tonelaje en el país? ¿Cómo garantizar una colaboración eficaz entre empresas y científicos? Las respuestas a estas y otras preguntas fueron buscadas por los participantes de la conferencia científica y práctica interregional "Aumento de soluciones tecnológicas como parte de la implementación de tareas de sustitución de importaciones en la industria química", que se celebró recientemente en Omsk.
El jefe de Titan Group of Companies, Mikhail Sutyaginsky, calificó como uno de los problemas más graves que impiden la aparición de nuevos inversores y, como resultado, obstaculizan el progreso de la industria, los períodos de implementación de proyectos excesivamente largos.
“Necesitamos elegir un terreno, conectarnos a la infraestructura. Mientras tanto, puede llevar varios años obtener un terreno y un permiso de construcción, conectar la instalación a la electricidad y al saneamiento, así como realizar otros trámites obligatorios. Creo que es importante acortar este lapso de tiempo. A fines del año pasado, realizamos grupos focales sobre el tema de acortar el recorrido del cliente, reingeniería de las reglas de la construcción industrial. Enviamos los resultados formados a las autoridades pertinentes”, dijo Mikhail Sutyaginsky.
La Universidad de Minería de San Petersburgo confía en que el estado debe regular más activamente el proceso de desarrollo de las áreas fundamentales para la economía rusa, promover la mejora del clima empresarial y la cooperación de producción real con organizaciones científicas. Sus científicos, que también participaron en la conferencia, cooperan con Titan Group desde hace varias décadas. En particular, brindaron apoyo científico completo para la construcción de la planta Titan-Polymer en la región de Pskov, que Vladimir Putin inauguró personalmente en diciembre pasado.
“Ahora estamos resolviendo varios problemas a la vez relacionados con el procesamiento de desechos hechos por el hombre de la empresa Omsky Kauchuk: este es el buque insignia de Titan. Ya hemos desarrollado una tecnología que permite el almacenamiento seguro de lodos de catalizador que contienen cromo. El nivel de su toxicidad se reduce a valores aceptables al cambiar la valencia del cromo. Ahora tenemos que proponer un método para su eliminación útil. Por ejemplo, como componente para lodos de perforación o lechada utilizados en la producción de petróleo”, explicó Vyacheslav Rudko, director ejecutivo del Centro Científico para Problemas de Procesamiento de Recursos Minerales y Tecnogénicos de la Universidad de Minería.
Otra área de investigación se refiere directamente a la creación de cadenas de valor. Científicos universitarios ahora están realizando experimentos de laboratorio relacionados con el procesamiento de otro tipo de desechos: la resina fenólica. En Rusia, hay 4 plantas que lo generan como subproducto en una cantidad de alrededor de 35-40 mil toneladas anuales. También hay empresas que están dispuestas a comprarlo como materia prima para la fabricación de negro de humo (de él se fabrican neumáticos, pinturas y muchos otros productos). Pero solo si pasa por varias etapas necesarias de purificación.
“Nuestra tarea no es solo ofrecer una solución científica y técnica lista para usar que nos permita involucrar la resina fenólica en la producción como producto, sino también demostrar su eficiencia económica. Este tipo de investigación no es nueva para nosotros. El año pasado, por ejemplo, fabricamos y pusimos en funcionamiento de forma independiente una planta piloto para la producción de coque de aguja a partir de materias primas de hidrocarburos, que tiene demanda en la construcción de hornos metalúrgicos de arco eléctrico. Ya hemos recibido los primeros lotes piloto y hemos demostrado que este producto altamente líquido, que ahora se importa del extranjero, se puede fabricar aquí, en Rusia”, asegura Vyacheslav Rudko.
Hoy, la participación de nuestro país en la producción mundial de productos petroquímicos es de poco más del uno por ciento. En cuanto a su producción, somos inferiores no solo a Estados Unidos, China y los países europeos más desarrollados, sino también a Tailandia, Taiwán, Brasil e Irán. Una serie de bienes de alto valor agregado, en particular, compuestos y aditivos especiales, no se producen en absoluto en nuestro país.
